El sol es fundamental para nuestra salud. Sabemos la importancia de dejar que su claridad entre en nuestro hogar y nos aporte sus beneficios, como mejorar nuestro estado de ánimo, fortalecer nuestros huesos, activar nuestro sistema inmunológico, liberar nuestro entorno de virus y mantener a raya la proliferación de moho debido a la humedad.
Sin embargo, también conocemos los riesgos de la radiación solar prolongada, no sólo en las personas, sino para el mantenimiento de nuestro hogar, tanto en el exterior como en el interior.
Es por ello, por lo que los toldos para terrazas son una pieza imprescindible para proteger nuestra propiedad del sol, sobre todo, durante los meses más calurosos del año.
Historia de los toldos
En África y Oriente Medio utilizaban alfombras tejidas o pieles, colgadas en postes para protegerse del sol y del calor intenso, estas estructuras se parecían más a una tienda de campaña que a un toldo.
El primer toldo, como lo conocemos hoy en día, aparece en la época de los romanos. Si, fueron los romanos quienes inventaron un toldo retráctil que llamaban “velario”, confeccionado en la lona que utilizaban para las velas de barcos y que protegía al coliseo romano del sol inclemente. Se abría y se cerraba con la ayuda de una estructura de redes. ¡Toda una obra de ingeniería!
Ventajas de los toldos
Época veraniega
- Protegen los elementos exteriores de la lluvia y el sol directo como marcos, puertas, ventanas, acabados de suelos y recubrimientos de fachadas. Lo que se ve reflejado en un ahorro, en cuanto al mantenimiento del hogar.
- Nos ayudan a reducir electricidad ya que, al evitar los rayos solares directos en el interior del hogar, se generará menos calor y, como consecuencia, utilizaremos menos el aire acondicionado.
- Resguardan los objetos interiores de la incidencia solar que puede desteñir y dañar severamente nuestros muebles, alfombras, etc. Alargando su vida útil.
- Al ser un elemento retráctil, podemos disfrutar del sol o de la sombra a nuestro antojo y aprovechar mejor algunos espacios, como, por ejemplo, la terraza para desayunar.
- Añaden valor a la vivienda. No solo por ser un elemento estético que podemos armonizar con las fachadas, también, por las múltiples ventajas que ofrecen.
Época invernal
Durante el invierno, el toldo es una pieza a la que se le debe prestar un cuidado especial. Al estar en el exterior de nuestras viviendas, se verá expuesto a los daños causados por las condiciones climáticas y, por lo tanto, podrá acumular mucho polvo, suciedad y verse afectado por la humedad del medio ambiente.
El cuidado y mantenimiento de toldos supone dedicarles tiempo y trabajar en alturas. Su cuidado y limpieza son muy necesarios para prolongar su buen funcionamiento, su vida útil y su estética, dándole a nuestra casa una apariencia impecable.
Trucos para el mantenimiento de toldos
Algunos trucos para el correcto mantenimiento de nuestros toldos son:
- Eliminar el polvo con un cepillado ligero. Evitando maltratar el material.
- No utilizar productos de limpieza abrasivos. Es preferible limpiarlos con agua y jabón suave, si no se cuenta con productos específicos para esta labor.
- Recoger el toldo durante las tormentas o los días en que haya mucho viento. Así, evitarás que se estropeen sus mecanismos.
- Engrasar periódicamente las piezas metálicas para que funcionen correctamente.
- No cerrarlo cuando está mojado para evitar que se pudra el material.
- Hacer un mantenimiento constante.
- Hacer una limpieza profunda con regularidad.
Con estos consejos podrás mantener tu toldo en buen estado y apariencia por más tiempo y, a la larga, ahorrarás dinero.
En Brillocor, sabemos que te preocupas por el mantenimiento y la limpieza de tu hogar, por lo que ponemos a tu disposición a nuestro equipo de expertos que hará el trabajo por ti.
Si tienes dudas o necesitas presupuesto, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de atenderte y ofrecerte la solución perfecta a tus necesidades.