La campana extractora de tu cocina industrial no solo es un imán de grasa, sino también un potencial riesgo para la seguridad.
Con el tiempo, la acumulación de suciedad afecta su rendimiento, dispara los costes de mantenimiento y, peor aún, llega a convertirse en un peligro.
También es probable que cuando la prendas, en lugar de extraer el humo, empieza a hacer ruidos raros o no absorbe nada. Y lo peor, es ese olor a grasa vieja y aceite quemado que invade cada rincón de la cocina.
Y lo sabemos: limpiarla no está en tu lista de tareas fáciles o favoritas. Aquí es cuando piensas: «¿Por qué nadie me dijo que esto sería tan complicado?».
Respira hondo, porque aquí estamos para hacerte la vida más fácil.
¿Cómo se limpian las campanas extractoras?
Si hay algo que trabaja sin descanso en una cocina, es la campana extractora.
Día tras día, succiona grasa, humo y olores, asegurando que el ambiente no parezca una escena de película de terror llena de vapores sospechosos.
Pero ¿cuál es el problema? Que toda esa grasa y suciedad no desaparecen por arte de magia, se quedan ahí, acumulándose en filtros, conductos y superficies.
Pero tranquilo, con los productos y técnicas adecuadas, es posible dejarla impecable sin perder la paciencia (ni el brillo de acero inoxidable):
- Seguridad. Antes de agarrar las esponjas y desengrasantes, hay que desconectar la campana de la corriente eléctrica. Sí, es un detalle obvio, pero más de uno ha aprendido por las malas que agua y electricidad no son la mejor combinación.
- Retirar los filtros. Para los filtros metálicos, es necesario llenar un recipiente grande con agua caliente y añadir un desengrasante potente o bicarbonato con jabón. Se deja en remojo al menos 30 minutos. Luego, se usa un cepillo para fregar los restos de grasa.
Mientras que los filtros de carbón activado, no se lavan porque hay que reemplazarlos cada 3 a 6 meses, dependiendo del uso de la campana.
- Limpieza del interior y exterior. Aquí es donde se esconde la grasa pegajosa que nadie quiere enfrentar. Con un par de trucos adecuados, la batalla será más sencilla:
- Superficies internas y externas. Se emplea un producto industrial que actúa por unos minutos y después se frota con energía (sin rayar el acero inoxidable).
- Conductos de ventilación. Cuando la suciedad ha llegado a esta área es señal que la mejor opción es un procedimiento profesional.
- Enjuague y secado. Después de limpiar, hay que pasar un paño húmedo para eliminar cualquier residuo y secar bien todas las superficies. Para darle ese toque brillante, se utiliza un producto especial para acero inoxidable.
- Ensamblar y probar. Cuando todo esté seco, hay que colocar los filtros en su sitio y conectar la campana para verificar si funciona correctamente.
¿Qué productos se utilizan para limpiar la cocina industrial?
Si alguna vez has intentado limpiar una cocina industrial a fondo, sabes que no significa pasar un trapito por encima.
Estamos hablando de superficies enormes, grasa adherida al acero y olores que se resisten a desaparecer.
Es aquí donde las empresas especializadas sacamos nuestra artillería pesada: productos diseñados para descomponer, desinfectar y devolverle el brillo a cada rincón.
- Desengrasantes: el arma secreta. La grasa es el enemigo número uno en cualquier cocina industrial. Se acumula en campanas, filtros, paredes, suelos y hasta en los techos. Para eliminarla, es necesario emplear productos alcalinos de alto rendimiento. Estos contienen agentes químicos que descomponen las moléculas de grasa sin necesidad de tallar hasta perder la paciencia.
- Desinfectantes de grado alimentario. No basta con que una cocina industrial parezca limpia, tiene que estarlo de verdad. Y eso significa eliminar bacterias, hongos y otros microorganismos que pueden poner en riesgo la seguridad.
Algunas opciones comunes son:
- Amonios cuaternarios. Muy eficaces contra bacterias y virus sin ser corrosivos para el acero inoxidable.
- Peróxidos de hidrógeno estabilizados. Una alternativa más ecológica que desinfecta sin dejar olores fuertes.
- Hipoclorito de sodio (lejía diluida). Útil para desinfección profunda, aunque debe usarse con precaución en superficies de acero.
- Detergentes neutros y multiusos. Después de aplicar desengrasantes y desinfectantes, hay que asegurarse de que no queden residuos de productos químicos. Para ello, se emplean detergentes neutros que higienizan sin afectar el brillo de las superficies de acero inoxidable y otros materiales delicados.
- Equipos. La tarea no es solo de los químicos, la dotación adecuada también hace la diferencia. Por lo general se suelen utilizar:
- Hidrolavadoras de alta presión. Para suelos y áreas con acumulación extrema de grasa.
- Vaporizadores industriales. Eliminan grasa y bacterias sin necesidad de productos agresivos.
- Cepillos de cerdas duras y esponjas abrasivas. Ayudan a remover suciedad sin dañar superficies delicadas.
- Microfibras y paños. Evitan rayones y mejoran el acabado final.
Pasos para limpiar una campana extractora industrial
Las empresas especializadas en la higienización de cocinas industriales contamos con un método probado que garantiza no solo una campana reluciente, sino también una cocina más segura y eficiente.
Pero ¿cómo se hace exactamente? Te contamos el paso a paso:
Inspección inicial
Antes de empezar, el equipo de trabajo realiza una revisión detallada. No se trata solo de mirar la suciedad superficial, sino de identificar:
- El nivel de acumulación de grasa (ligera, media o crítica).
- Los filtros y conductos obstruidos que pueden comprometer la extracción de aire.
- Posibles daños o zonas de corrosión que necesitarán mantenimiento.
Esto permite elegir los productos adecuados y definir la estrategia de limpieza, sin poner en riesgo los materiales ni la estructura de la campana.
Desmontaje de piezas clave
Aquí no vale el “pasar un trapo y listo”. Los profesionales desmontamos las partes esenciales para una higienización a fondo:
- Filtros metálicos. Son los primeros en salir, ya que suelen acumular la mayor cantidad de grasa.
- Paneles internos y externos. Se desarma si es posible, para llegar a las zonas más difíciles.
- Conductos de extracción. Dependiendo del nivel de grasa, se define una limpieza interna.
Aplicación de productos desengrasantes de alto impacto
Aquí es donde la magia ocurre. No es lo mismo usar detergente común que un químico especial que actúa en minutos y sin dañar el acero inoxidable.
Cepillado y fregado
Una vez que los productos han hecho su trabajo, es hora de eliminar los residuos. Aquí se emplean instrumentos especiales para frotar sin rayar las superficies y bayetas de microfibra que remueven la grasa sin dejar marcas.
Las zonas más complicadas, como esquinas y rejillas, se trabajan con herramientas particulares para asegurar que no quede ni rastro de suciedad.
Enjuague y secado
Después del fregado, se realiza un lavado con agua a presión o paños húmedos para retirar cualquier residuo de productos químicos. Después, las piezas se secan para evitar corrosión y manchas de agua.
Montaje y revisión final
Antes de dar el trabajo por terminado, se lleva a cabo una última inspección para verificar que la campana esté funcionando correctamente.
Esto incluye:
- Prueba de encendido para chequear el flujo de aire.
- Revisión de filtros para asegurarse de que están bien colocados.
- Comprobación visual para garantizar que no haya residuos de grasa en ningún rincón.
Por qué confiar en un profesional para la limpieza de las campanas extractoras
Cuando se trata de mantener en perfecto estado una campana extractora, las soluciones rápidas y caseras no siempre son la mejor opción.
Puede que te sientas tentado a hacerlo por tu cuenta, pero la realidad es que confiar en un equipo de expertos trae consigo una serie de beneficios que marcan la diferencia:
- Seguridad. Un profesional capacitado no solo limpia con los mejores productos, sino que también inspecciona a fondo el sistema para verificar que no haya fallos ni riesgos ocultos.
- Experiencia. Las empresas especializadas tenemos la habilidad para garantizar que todo quede como nuevo, sin perder tiempo ni generar más inconvenientes.
- Ahorro de tiempo y esfuerzo. Las tareas de limpieza en un entorno industrial son intensas y pueden retrasar las operaciones del negocio si no se hacen correctamente.
- Equipos y productos de calidad. Que incluye cómo utilizar cada elemento a la perfección, asegurando un resultado impecable sin riesgo de dañar tu equipo.
- Mantenimiento preventivo. No se trata solo de eliminar la grasa del momento, también hay que revisar posibles daños o desgastes que pueden afectar a largo plazo.
Como ves, en Brillocor somos pioneros en la industria de la limpieza, con más de 40 años de experiencia ofreciendo servicios a personas particulares y empresas.
Desde 1983, hemos dedicado nuestra labor a asegurar que cada cliente reciba la mejor atención, cumpliendo con los más altos estándares de calidad y eficiencia.
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